Vivir Fuera de su País
Alguna vez a pensado en irse a vivir a otro país? Yo de niña nunca lo pensé, pero cuando terminé la universidad se me vino a la idea y lo logré.
Todos tenemos experiencias diferentes y hoy les quiero contar un poco de mis experiencias viviendo en otro país. Vivir en otro país es una experiencia enriquecedora que puede cambiar por completo nuestra perspectiva del mundo. Desde sumergirnos en una nueva cultura hasta aprender un idioma extranjero, esta aventura nos desafía, nos enseña y nos brinda una oportunidad incomparable de crecimiento personal. A continuación, compartiré algunas de las experiencias más memorables de vivir en otro país.
La emoción de lo desconocido: Al llegar a un país nuevo, nos encontramos de repente inmersos en un entorno completamente diferente al que estamos acostumbrados. Cada calle, cada edificio y cada rostro son nuevos y desconocidos. Esta sensación de lo desconocido puede ser a la vez emocionante y desafiante. Nuestra curiosidad se despierta y empezamos a explorar cada rincón de nuestro nuevo hogar.
La dificultad del idioma: Uno de los desafíos más evidentes al vivir en otro país es comunicarnos en un idioma totalmente nuevo. Desde aprender las palabras básicas hasta tener conversaciones complejas, el idioma se convierte en una barrera a superar. Sin embargo, esta dificultad nos motiva a esforzarnos y a aprender rápidamente para poder relacionarnos con los demás y sumergirnos completamente en la cultura local. Y les cuento, este fue un gran desafío para mí, por que yo pensé que sabía hablar ingles y cuando llegue a New York, me di cuenta que en realidad no sabía hablar ingles. Todavía tengo miles de errores y lo peor es que ahora no hablo bien el ingles ni el español.
La integración cultural: Para los que decidimos vivir en otro país, la integración cultural se convierte en una prioridad. Nos sumergimos en las tradiciones locales, la comida típica y las festividades, lo cual nos brinda una comprensión más profunda de la sociedad en la que nos encontramos. A través de estas experiencias, nos damos cuenta de la valiosa diversidad que existe en el mundo y aprendemos a apreciar y respetar las diferencias culturales. Muchas de estas costumbres que he aprendido viviendo en New York, ahora las tengo en mi vida, como el andar descalzo dentro de la casa o bañarme de noche y no en la mañana.
La nostalgia de casa: A pesar de todas las nuevas experiencias que encontramos en nuestro país de acogida, es natural sentir nostalgia por nuestra tierra natal. Extrañamos a nuestras familias, amigos y nuestras costumbres diarias. Sin embargo, esta nostalgia nos ayuda a valorar aún más nuestro hogar y a mantener una conexión sólida con nuestras raíces. También nos damos cuenta de aquellas personas que en realidad amamos y queremos estar en comunicación aunque no vivamos cerca de ellos, cuando nos vemos es como si nunca hubiera pasado tanto tiempo.
El crecimiento personal: Vivir en otro país nos desafía a salir de nuestra zona de confort y a adaptarnos a nuevas situaciones constantemente. Este desafío nos fortalece y nos impulsa a desarrollar habilidades como la resiliencia, la flexibilidad y la empatía. A medida que superamos los obstáculos que surgen en el camino, nuestro crecimiento personal se acelera, brindándonos una sensación de logro y ampliando nuestra visión del mundo.
En resumen, vivir en otro país es una experiencia única e inolvidable llena de desafíos y crecimiento personal. Nos sumergimos en una cultura completamente nueva, aprendemos un nuevo idioma y establecemos conexiones significativas con personas de todo el mundo. A través de estas experiencias, nos transformamos en personas más comprensivas, abiertas y resilientes, y ampliamos nuestra perspectiva global. Lo que he aprendido del vivir fuera de Costa Rica es la diferentes culturas, el hecho que hoy en día tengo la curiosidad de seguir viajando para aprender más de diferentes culturas, comidas y más.
